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  • Foto del escritorFogar Mozárabe

Los canales romanos de Peñalba

Hoy os traemos lo que consideramos el complemento perfecto a la emblemática, y sin duda obligatoria, visita a la Cueva de San Genadio durante vuestra estancia en Peñalba de Santiago.


Tuvimos la oportunidad de realizar esta ruta un soleado día de enero de 2020 y son buenísimas las sensaciones que nos ha dejado. Tanto a la cascada del Silencio como a los canales romanos podemos considerarlos viejos conocidos para nosotros, sin embargo, son muchísimos los senderistas que pasan de largo estos dos desvíos. Quizás por estar un tanto alejados de ruta, como casi escondidos, y en definitiva... ser un poquito más secretos y especiales.

A la cascada del Silencio se accede muy fácilmente adentrándonos en el bosque que forma el Valle del Silencio, a mano izquierda, justo en el tramo final antes de encarar el ascenso a la cueva. La ruta está sutil pero muy bien señalada, encontraréis un letrero de madera que apunta hacia un único sendero, una vez en él, no hay desvío posible, así que llegar a la cascada se hace inevitable. La subida no es muy dura, para los aficionados a la montaña se trata de casi un paseo. Atraviesa un tramo de bosque especialmente pintoresco; con densa vegetación y helechos a cada lado del sendero, e infinitos robles que forman auténticos muros por los que se filtra la luz. Tras el desvío, en cosa de 20 minutos estaremos junto a esta preciosa caída de agua, especialmente pintoresca en épocas lluviosas, cuando trae mayor caudal.

El segundo desvío en la ruta hasta la Cueva de San Genadio nos acerca hasta el canal romano CN-2, esculpido en la roca hace dos milenios para robarle las aguas al Valle del Silencio y trasportarlas hasta Las Médulas. Este pequeño tramo de canal, que forma parte de la extensísima red formada por el Imperio, está acondicionado para poder caminar por él atravesando hasta más allá de Montes de Valdueza. Nosotros nos conformamos con las imágenes que nos deja el inicio de esta ruta, que queda pendiente para otra ocasión. Sin duda cuesta imaginar el esfuerzo colosal realizado para desviar miles de toneladas de agua, en un proceso conocido como "ruina montium", y gracias al cual podemos disfrutar en El Bierzo de la mayor explotación de oro de la antigüedad. Estaban locos estos romanos!

Fotografías: Gustavo Docampo

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